31 agosto 2011

El sentido de estado

Desgraciadamente nuestro Presidente Rodríguez carece de sentido de estado y no se dio cuenta de que cuando fue nombrado Presidente del Gobierno, tenía que pensar en España y en los españoles. Pero los hechos demuestran que hay gente que no sabe o no quiere dejar de pensar en términos partidistas, pensando que todos sus "súbditos" son miembros del PSOE y que todos, en mayor o menor medida, apoyaríamos las medidas que, siguiendo la ortodoxia socialista, se implantasen desde el gobierno de la nación. El tener tan exiguo punto de vista, el "sostenella y no enmendalla" socialista, el gobernar para un partido y no para una nación nos ha llevado a la ruina, al enfrentamiento civil y a perder parte de nuestra soberanía cediéndosela a los países que económicamente llevan la batuta.


Hace mucho tiempo dije, y menos mal que tengo testigos que pueden dar fe, que el gran error del Sr. Rodríguez ha sido basar sus mayorías parlamentarias en el chantaje de las minorías nacionalistas. Un político con sentido de estado y no sectario hasta la náusea, habría solicitado la ayuda de las minorías nacionalistas y en el caso de sentirse extorsionado por éstas, habría girado la cabeza hacia el principal partido de la oposición y le habría dicho: "¿Hace una modificación de la ley electoral para que los escaños en el parlamento nacional se correspondan con los votos obtenidos a nivel nacional?" Creo que automáticamente, a las minorías nacionalistas se les habrían aflojado los esfínteres y hubiesen barruntado su disminución cuando no desaparición del arco parlamentario, por lo que inmediatamente habrían dicho: "Espera, espera, vamos a dialogar". Pero al Sr. Rodríguez pactar con el PP le provocaba unos retortijones horribles que, para evitarlos no le dejaban más remedio que echarse en los brazos de los nacionalistas diciendo: "Pide por esa boquita". Está claro que la medicación enviada por la Sra. Merkel ha sido efectiva y al Sr. Rodríguez ya no le dan esos espasmos ni esas naúseas a la hora de pactar con el PP.



Ahora son los nacionalistas los que sufren del mismo mal cuando han visto que el Presidente Rodríguez no hablaba con ellos, vamos, que ni siquiera les ha dado los buenos días en relación con la reforma constitucional. Curioso virus éste que, cuando se le expulsa de un cuerpo, como en las posesiones diabólicas, se traslada a los cuerpos de los que están más próximos. Y ayer por la tarde en el parlamento pudimos al virus en plena efervescencia con esos arrebatos, esas indignaciones, esas convulsiones de los que, de repente, han visto el pacto PSOE-PP y se han dado cuenta de que su chantaje ya no servía para nada. Esos mismos que abogan por la Constitución cuando en sus respectivas autonomías se ciscan en ella.



¿Será éste, como en Casablanca, el principio de una gran amistad?





1 comentario:

Jumble dijo...

Yo soy uno de los que pueden dar fe de las palabras de Daimon. En cuanto al posible comienzo de una amistad tal vez la medicina de Frau Merkel no sea suficiente y menos de 100 escaños provoquen la purga que necesita el PSOE para expulsar de su cuerpo el zapaterismo. Claro que la pregunta será, ¿A dónde irá?