Es curioso que, habiéndose enquistado desde hace casi 2 meses la solución del conflicto de los funcionarios de la justicia, precisamente ahora, UGT se desmarca de la protesta y desconvoca la huelga. Eso ha producido la dimisión de algunos de los dirigentes locales de UGT y probablemente la cascada de dimisiones seguirá.
No se ha visto con más descaro quién manda en el sindicato "de clase socialista". Como al Gobierno no le venía bien que hubiese tanta unión y tanta firmeza de posturas, supongo que habrá hecho sonar el teléfono de Cándido Méndez (el Ewok) y le habrán dicho... "se acabó la huelga" y Cándido (¿por qué todos los malos se llaman así?) haciendo reverencias al teléfono descolgado habrá dicho: "Sí señor, lo que mande el señor" y... así terminó el conflicto.
Así que, señores, cuando en el futuro UGT amenace o convoque una huelga, sabremos quién desde el otro lado del hilo telefónico ha dado las instrucciones. Sólo merecen desprecio esos "sindicalistas de hojalata".
